Mi diario de viaje

Hay dos cosas que son fundamentales llevar cuando eres partícipe de una aventura o un viaje: la primera es un diario personal en el que vas anotando cada día las cosas que te van ocurriendo, la gente que vas conociendo, los sentimientos que te afloran, las anécdotas...La segunda es una cámara de fotos en la que captas aquellos momentos vividos, esas imágenes que muchas veces se olvidan de la memoria pero que gracias a tener una fotografía perduran como si el momento vivido hubiera sido ayer...

El diario de viaje de mis aventuras en bicicleta ha sido escrito al finalizar cada etapa. Después de llegar al alojamiento y asearme, siempre buscaba el momento para poder reflexionar sobre la jornada y escribir las impresiones que me había causado.

Este diario constituye para mí un tesoro porque cada vez que lo leo me transporta de nuevo a recordar aquellos momentos tan gratificantes.

En las pestañas que encontráis en la parte superior del blog (como la Transpenínsula, el Camino de Santiago desde Ayora, etc.) reescribo lo mismo que los días de mis aventuras escribí en mi diario. En cada una de las etapas añado información sobre la distancia, el tiempo transcurrido, la velocidad media y la velocidad máxima.

Comparando la distancia de los perfiles proporcionados por el GPS con la distancia anotada en cada una de las etapas (proporcionada por el cuentakilómetros) veréis una pequeña diferencia. Esa diferencia es debida a dos factores: la diferente calibración de cada uno de los aparatos y la pérdida de información (tracks) con el GPS (resultado de una mala recepción de las señales de los satélites causada, por ejemplo, por el tiempo climatológico).

Por ello, he decidido poner los datos del cuentakilómetros, calibrado con el diámetro de la rueda y comprobado con los hitos de la carretera.


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